lunes, 20 de diciembre de 2010

Lo mejor que me ha pasado




¿Lo echas de menos?, me pregunta. Me quedo pensando. Sí, me gustaría decir que no, pero sería como querer olvidar todo lo bueno que viví, lo que compartimos,.. Hay personas que te ayudan a crecer y a veces, luego, lo pasas tan mal que quisieras que no hubiera sucedido nunca. Ella me escucha y asiente. Después, continúo como si estuviera en terapia, es bueno reencontrarte con lo bueno que te ha dejado la relación. Para mí está siendo una liberación. Me he quitado muchos prejuicios de encima. Sonríe. Ya me he dado cuenta, dice dulcemente, acercando sus labios a los míos. Me dejo besar pero no respondo. Sigo pensando.

Inclinada, le pongo los pechos a la altura de su boca. Él acerca su lengua a mis pezones. Sabe que es una invitación a subir mi temperatura, que justo ahí comienzo a perder el control. Los muerde con los labios, con una mano coge mi pecho suavemente. Me gusta esa combinación. Noto que le gustaría apretar, escucharme gemir de dolor, pero se contiene. Moviéndome lentamente, manejo el ritmo, noto su polla dura, erecta, dejar que me frote, arriba, luego hacia su vientre, restregando la humedad que va inundando mi cuerpo. Te quiero, me dice. Eres lo mejor que me ha pasado nunca. Me excita oírle decir eso. Aumento el ritmo y me dejo llevar, subo, subo,... Desde la distancia escucho mis gemidos transformarse en grito liberador.

A su lado, en la cama, sudorosos, no vamos al baño corriendo, también eso es nuevo para mí, nos quedamos impregnados el uno del otro. Él me habla al oído. Me cuenta fantasías, lo que va a hacerme, lo que quiere que le haga. Me llama perra y yo le lamo la cara, me coge por el pelo, límpiame la polla. Me arrastro por las sábanas y hago lo que me pide mi dueño. Aprecio la mezcla de nuestra unión en mi lengua, me la meto hasta dentro, la dejo ahí, todavía flácida, sintiéndola crecer, latir. Arrastro el glande hacia arriba. Se la cojo con la mano y me quedo así, mirándola, empiezo a masturbarlo mientras contemplo como vuelve a coger fuerza, tersura, a contraerse los glúteos. Nunca había sido tan feliz, me dice. Contigo lo tengo todo.... Va entrecortando las frases. La compañera,... la cómplice,... la que alivia las esperas,...

A todo el mundo nos sorprendió bastante lo vuestro, me dice Ana. Sí, principalmente a mí. ¿Y ya lo has comprendido? ¿Lo hablaste con él? No. Lo he hablado con mi terapeuta, sonrío con cierto tono de amargura. ¿Y crees que...? Se queda dudando, quiere saber si esto es un comienzo, si su fantasma será una interferencia, si se puede sentir segura de que si aparece Mario no me iré corriendo detrás de él. Es un juego peligroso. Quiere saber si puede entregarse o si tiene que tomar precauciones. Ese es un dilema del que he logrado desprenderme. Ya sé qué es lo peor que puedo esperar, ¿por qué voy a evitar arriesgarme? ¿voy a dejar de vivir para evitar sufrir? Seamos sólo lo que somos hoy. No me tranquiliza, me dice, echándose hacia atrás. Si me dices eso es que en realidad estás segura de que esta historia no tiene futuro.

Seguramente Ana lleva razón. Durante unos meses, el pasado y el futuro han sido fuente de conflictos en mi cabeza. Ahora necesito algunas raciones de presente sin mayores aditamentos en forma de promesas o esperanzas. Los demás buscan seguridad. Yo busco sentirme, sentir, saber que puedo seguir adelante. Posiblemente sea difícil caminar junto a mí en ese proceso.

Puedes arriesgarte, dejarte llevar, jugar tus cartas, o abandonar... Ya eres alguien muy importante para mí. No dejarás de serlo decidas lo que decidas. Se queda mirándome sin atreverse a pensar más. Se inclina nuevamente hacia mí. Me rodea con sus brazos y me besa en el cuello mientras me susurra. Te quiero, eres lo mejor que me ha pasado.

9 comentarios:

  1. Sinceramente, creo que eres lo mejor que le ha pasado a muchas personas. Entiendo la demanda de correspondencia. Un beso.

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  2. Creo que empiezo a entenderte, aunque todavia no estoy capacitada para opinar sobre ello.

    Pero queria agradecerte que pasaras por mi blog, y que supieras que me gusta mucho leerte!

    Espero que todo este bien. Feliz Navidad!
    Un beso. Pepi

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  3. Coincido con mi padrino, ERES LO MEJOR QUE LE HA PASADO A MUCHOS. No tengo dudas.

    Me encantó la entrada, me gusta descubrir esas coincidencias. Me gusta ese "Hay personas que te ayudan a crecer y a veces, luego, lo pasas tan mal que quisieras que no hubiera sucedido nunca", porque es real, porque muchas veces nos empeñamos en negar esas cosas buenas que hubo.
    Particularmente, y pese a estar como estoy ahora (feliz), atravieso una etapa en la que si esa persona no me hubiera enseñado no estaría aquí. Y aunque creí no superar nunca eso, lo estoy haciendo, y me siento plena. Y por eso le agradezco infinitamente, aunque no lo sepa, aunque me haya roto el corazón como nunca lo hicieron.

    No es difícil caminar a tu lado durante este proceso. Aquí estoy, no me he ido y te acompaño, porque estuve en tu lugar, porque me dolió como nada y como nunca, y porque hoy por hoy, vivo el presente y me dejo llevar. Ya ves, para Ana tampoco es difícil, porque entiende, porque te quiere, y porque, aunque piensas como yo, ella sabe que sí hay futuro. ¿Cómo no haberlo?

    Piénsalo.

    Un beso enorme, Ali. Let it be.

    Hasta pronto, y gracias.

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  4. Wawwwwwwww q derroche de lujuria y pasión.

    A tus PIES

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  5. siempre somos "lo mejor que le ha pasado" para alguien

    hay cosas que no cambian

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  6. Esas raciones de presente son las mejores, el vivir ese aquí y ahora permanentes, no hay nadie que pueda arrebatarnoslos.

    Besos, Ali.
    Yo también te sigo ;)

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  7. Un placer verte por aquí. Me ha encantado tu blog, tengo que ponerme al día con él.

    Un beso.

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  8. Me quedo con tu frase..."Hay personas que te ayudan a crecer y a veces, luego, lo pasas tan mal que quisieras que no hubiera sucedido nunca", a decir verdad, estoy viviendo ese proceso y es muy doloroso.
    Un beso.

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  9. No se me ocurre otra manera de vivir que la de perderser en el presente.
    El pasado, por doloroso que haya sido, nos ha convertido en lo que somos y no puede cambiarse. Por tanto, no cabe más que aceptarlo. Es en el presente cuando podemos ser y en función de cómo lo vivamos llegará el futuro.

    Besos

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